Entrevista realizada para el diario, al guitarrista Ariel Minimal, con motivo de la visita de su banda PEZ a mi provincia.Ariel Minimal pareciera caminar siempre por un sendero alternativo. Pez, la banda que encabeza hace más de 15 años, forma parte de un grupo selecto que se aleja del establishment, rompiendo las fronteras de eso que algunos llaman rock nacional, proponiendo experiencias sonoras alejadas del croquis que configura un hit radial.
Con 11 discos en su haber –la mayoría de ellos autogestionados- el ahora cuarteto todavía no se ganó un lugar en las primeras planas del rock argentino. Y esa característica pareciera ser la que hace de Pez una banda especial. “No me molesta el mote de banda de culto, tampoco representa nada que a nosotros nos signifique algo que nos dé algún tipo de placer especial. No sé bien a qué apunta, quizás porque no somos masivos y porque tenemos un grupo de gente que nos quiere y nos sigue desde hace mucho tiempo”, asegura el guitarrista, restándole importancia a la cuestión.
Pero, ¿cuál es el secreto detrás del enigma Pez? Cómo se consigue permanecer vigente caminando al costado del camino, en tiempos donde un mercado voraz e ingente vomita productos prefabricados con el sello del éxito estampado en la frente. Detrás de los cuatro músicos no existe una maquinaria compleja trabajando en pos del grupo, sino más bien un compromiso implícito y férreo con el arte, con la música. “Tocamos hace 15 años y todavía seguimos ensayando tres veces por semana. Tenemos vigencia desde ese lugar, siempre estuvimos trabajando. Nunca estuvimos de moda, nos tomó mucho tiempo salir de Buenos Aires e ir a otros lugares, pero sin embargo nunca dejamos de presentarnos. La vigencia responde compromiso con lo que hacemos”.
- ¿Es complicado el trabajo de autogestionarse?-
“Es un plomo, nos gustaría más dedicarnos más a la música y listo, pero por suerte lo vamos solucionando. Ahora tenemos un sello discográfico y con el tiempo aprendimos a subsistir con la autogestión. El último disco, no está en todas las disquerías pero por una cuestión de cantidades y tiempos”.
- ¿Y qué opinas de quienes hablan de Pez como un proyecto solista encubierto de Ariel Minimal?-
"No es así. Me he encargado de mostrar que mis proyectos solistas son otra cosa. En mis discos solistas, ahí soy solista. Pez es una banda definida por la interpretación de sus miembros, por como tocan Franco, Fósforo y Pepo. Pasamos por todas las gratificaciones y quilombos que tiene una banda de rock".
Para las almas sensibles
La sensibilidad como el combustible que pone en marcha un motor creativo. Las letras de Pez evidencian una realidad observada con otro prisma, uno que permite la exaltación de miserias que a veces, un arte light decide omitir. Minimal reconoce que el roce diario con la vida cumple un rol primario en su producción artística. “Es natural. Si estuviese encerrado en casa, en un cono de silencio donde no veo ni escucho nada, no sé cuál sería mí aporte o mi composición, pero no me interesa saberlo”.
Esa acuciante necesidad por el arte, por transmitir, lleva a Minimal a reconocerse –y extender esa condición a sus compañeros de grupo- como un melómano empedernido. “me gustan las tapas de discos y los posters de
la Pelo”, sentencia, citando una de las canciones del tercer álbum de la banda. La influencia en las composiciones, o en la propia imagen de los discos de Pez, parece ser una constante en el proceso creativo. “Todo influye de todos modos. Yo creo que las letras son puntos de vistas y pensamientos que están influenciados por la película que vi o el libro que estuve leyendo. Creo que todo el arte es así, un haz de luz que rebota en todas las superficies y nos toca a todos”.
Esa directriz seguida por Pez en sus trabajos, sumado a la visita a un terruño de un fuerte arraigo folclórico (nota pintoresca: el séptimo disco de la banda se llama Folklore, así, con “K”, que lo hace mucho más anárquico) hace la pregunta casi ineludible. ¿Cuál es la relación de Pez con la música folclórica del norte argentino? “Cuando estuve tocando con Lito Nebbia en Santiago, conocí a Juan Saavedra y a su grupo de danza y percusión. Eran increíbles. Lamentablemente no conocí muchos compositores en ese momento, pero sé de la pasión del santiagueño por juntarse, cantar y festejar. ¡Costumbre a la que adhiero plenamente! (risas). Con Pez tenemos un acercamiento muy poco formal con el folclore o el tango, siempre fue interpretado a nuestro modo,
con instrumentos eléctricos. Pero son géneros que me gustan”.
- Y cuáles son las expectativas en la primera visita de Pez a la provincia-
“Es verdad, sí, primera vez con Pez en Santiago. Queremos tocar canciones de todos los discos, no solamente de El Porvenir (última placa del grupo) queremos mostrar todo lo que podamos. Esperamos que a la gente le guste y nos acompañe”.
La entrevista termina ahogada por el sonido de la música. Los tres integrantes restantes aguardan ávidos la presencia de la pieza faltante, para completar un engranaje de piezas insustituibles. El ensayo es impostergable y la comunicación telefónica fenece debajo de los decibeles, como quien abona el terreno de lo que vendrá, un presagio nunca más alentador.